Club de Golf de Arquitectos de Madrid

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MEMORIAL ANGEL SANTAMARIA.

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2012

Por acuerdo de la Junta Directiva del CGAM, este año el torneo San Federico Classic tendrá la denominación de San Federico Classic Memorial Angel Santamaría en homenaje a nuestro compañero fallecido el pasado mes de mayo.

Entre las muchas muestras de condolencia que recibimos en el club con motivo del fallecimiento de Angel, hemos querido recuperar un correo de Santiago Romero dirigido a nuestro Presidente que, con su permiso, publicamos.

Querido Presidente, querido Luis, la noticia del fallecimiento de Ángel Santamaría me ha llegado, como a tantos otros, al borde de unos días de descanso que he pasado fuera de Madrid.

Permíteme, aunque sólo sea a ti,  que te relate algo que me ha traído a la memoria esta nefasta noticia.

El pasado 19 de octubre jugamos en Lerma el tan polémico y largamente deseado ARQUIMATCH  MADRID VS VASCO NAVARRO.

La composición de equipos me trajo un compañero de juego con el que nunca había coincidido en nuestros torneos habituales, Angel Santamaría.

En plena “recuperación de algunos problemas físicos”, tal y como me comentó, no pensaba estar en su mejor momento de juego y me animó a llevar el peso del partido, ante su aparente y  entonces confesada  baja forma.

Yo ignoraba su delicada situación, que muchos en el club ya conocíais y que por prudencia, imagino, no lo era por todos, incluido yo mismo.

Como casi siempre, mi juego fue bastante desastroso y era Ángel, con gran decisión y mejor juego, el que sacaba adelante un partido en el  que yo sólo pude contribuir en un par de hoyos, aunque continuamente en todos y cada uno de ellos, ironías de la vida, era quien me animaba constantemente, golpe tras golpe, para que no me viniera abajo.

“Este partido hay que ganarlo”, me decía una y otra vez.

Para mayor incertidumbre creo que nuestro partido fue de los últimos en terminar, dado que llegamos empatados al último hoyo y que, por lo tanto y sin saberlo en ese momento, era decisivo para el resultado final del Torneo que los madrileños tanto deseábamos.

Además el sorteo nos enfrentaba a Mario Ezquerra, al que yo tampoco conocía personalmente.

Recuerdo que Ángel  estaba agotado en los últimos hoyos y me sorprendió su fe, a pesar de ello, en un triunfo tan posible como deseado.

Y fue en ese último hoyo, sacando fuerzas donde ya no las había y con un putt lejano e imposible, en el que hizo el par que nos dio el partido.

“Este partido hay que ganarlo”. Lo hicimos. Lo hizo él.

La conclusión que saqué entonces, desconociendo su situación física, es que yo había recibido una enorme lección de valentía, pundonor, coraje y cariño hacia nuestro club que nunca olvidaría.

Ahora, después de lo sucedido, sé que así será porque recordaré ese partido con este gran y entrañable compañero como el más bonito de mi vida.

Descansa en paz, amigo.

Santiago Romero Gerbolés.

Como recordaréis, aunque Angel y Santiago ganaron su partido, aquel match cayó del lado Vasco Navarro por la mínima. Con el tiempo, los que lo vivimos puede que olvidemos muchos detalles, incluso el resultado,  pero creo que, en nuestra memoria, ese match siempre irá asociado al recuerdo de Angel.

El mismo día que publicamos la noticia de la muerte de Angel, recibí la llamada de Mario Ezquerra. No tenía el número de teléfono de nuestro Presidente y me llamaba a mí, como Secretario del club, para dar el pésame a todos los socios del CGAM en nombre de los compañeros Vasco Navarros. Había leído la reseña en nuestra página y a él también le vino a la memoria ese partido en el que formó pareja con Rafa Manene.

Hablamos un buen rato y, entre otras cosas, me contó cómo le había impresionado la naturalidad con la que Angel hablaba de su enfermedad y su fuerza de voluntad para sobreponerse a ella pero, de toda esa conversación, yo me quedé con un detalle que creo que retrata a Angel.

Terminado el último hoyo, al darse la mano, Angel le dijo a Mario: “el año que viene os daremos la revancha.”

No podrá ser. No habrá revancha. Angel no sólo ganó ese partido. Se ganó el respeto, la admiración y el cariño de sus compañeros que siempre le recordaremos por esas ganas de vivir y de afrontar la adversidad.